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martes, 20 de diciembre de 2011

Alea jacta est!!

Desde que nací me he considerado un objeto de deseo para todos y cada uno de los Españoles. Soy pequeño, manejable, flexible, dócil, obediente, sumiso, siempre me adapto a tu cartera o a tu bolsillo y ¿sabes que soy sobre todo? muy, muy resultón; aunque cada vez soy más consciente de que sólo me vas a querer y me vas a dar tu amor cuando te caiga GORDO...

En estos momentos todos me quieren, me persiguen, hacen colas interminables por conseguirme, me desean, me palpan, me manosean, incluso me frotan cual lámpara de Aladín por su partes innombrables, me colocan debajo de Vírgenes, Jesucristos, santos y gatos Manekis Nekos que mueven insaciablemente su pata izquierda para atraer la denominada suerte. Y yo os observo desde mi ventanilla de cristal, y observo como poco a poco mis hermanos van desapareciendo y sólo vamos quedando unos pocos, a unos no les gusta que termine o empiece por 0, otros quieren que finalice en su número favorito… pero todos ansiáis lo mismo: otra realidad, cambiar, viajar, comprar ese maravilloso bolso de Prada, salir de vuestra rutina o tener una excusa para dejar ese horrible trabajo. Pero, ¿sabéis qué? Después de muchos años observándoos he aprendido muchas cosas:

He aprendido que la suerte es del trabajador, del emprendedor, del soñador, del que se levanta todas las mañanas y dice “lo voy a conseguir”, del luchador, del fuerte, del valiente.

He descubierto que merece mucho la pena vivir la vida, pero dejaros de vivir en el pasado o en el futuro, vivid el día a día, no miréis atrás, no os obsesionéis con errores cometidos antaño, mirad siempre hacia delante, siempre.

He confirmado que la vida es un viaje en el que hay que ser el tren, no la estación, y hay que aprender a tratar a tus compañeros de viaje, siempre hay que ser amable y siempre hay que ser simpático porque nunca sabes quién va a ser tu próximo compañero de vagón… 
 
He entendido que en el viaje de la vida, hay que ser intrépido, hay que descubrir, hay que tomar las riendas de tu propio tren, dirigirlo sin tener miedo a conducirlo a estaciones lejanas, insólitas o que otros te digan que son peligrosas.

He corroborado que hay que amar, porque por mucho que duela sino funciona, merece la pena vivirlo y tener experiencias. Pero no os confundáis, el amor nunca está detrás de la barra de un bar ni en un abrazo a las cuatro de la mañana.

He aprendido que hay que saber decir “NO”, hay que saber poner límites e imponerse, en tu vida diaria, en tu trabajo, con tus amigos, con tu familia, con todos, porque si no, nunca te respetarán.

He confirmado que el miedo, tan sólo es un fantasma que cuando levantas la sábana ¡zas! desaparece, así que dedícate a levantar sábanas, no temas a nada ni a nadie.
Por último, he aprendido a aceptar que en España lo único que cuenta es el fútbol, Torrente, Paquirrín y Belén Esteban y, sí, estás rodeado de ovejas y de pusilánimes pero si lo asumes y sonríes a la vida, la vida te sonreirá.
Por todo ello queridos lectores, buscad, escudriñad, indagad, explorad… ¡la suerte es de los que la buscan!

Firmado: Tu décimo de lotería

Je ne regrette rien dans ma vie, à l´exception de ce que je n´ai pas fait

Coco Chanel