Es domingo por la mañana, hace sol y decido tomar un café con leche en la terraza, no en vano aparte de circular nuestro cuerpo pide a gritos un poco de vitamina D.
Se oyen ladridos de perros, gritos de niños ansiosos de libertad y alguna canción alegre de domingo por la mañana. Incluso algún afortunado se está preparando una barbacoa al aire libre. De vez en cuando, algún ser humano se atreve a interrumpir en la escena de mi balcón y varios vecinos ocultos tras sus ventanas -cual vieja del visillo- les increpan: ON VAS ("dónde vas").
Y es que la sociedad en la que vivimos (o en la que vivíamos hace apenas dos semanas) está mimada y malcriada. Nos hemos olvidado de que somos animales vulnerables, que nuestra esencia es sobrevivir, que somos pasajeros y que estar aquí es un regalo. Es un regalo respirar, es un regalo tener salud y sobre todo, es un regalo que los tuyos cercanos respiren y tengan salud, pero no lo es ahora tras el Covid-19, lo es siempre.
Tanto egocentrismo, tanto selfie, tanta ropa, tanta acumulación de bienes materiales, viajes exóticos, Instagram, Snapchat, vidas maravillosas y ¿ahora qué? Muchas personas ni siquiera son capaces de estar más de 24 horas seguidas en sus casas con sus seres allegados (o solas) por miedo, ¿a qué?
Es normal tener miedo y es normal que el miedo paralice e individualice; salen nuestros instintos más primarios cuando asaltamos los supermercados a codazo limpio pero también el miedo nos hace darnos cuenta de que formamos parte de un uno, un colectivo que aplaude y emociona cada día con iniciativas varias como bailes, yogas, poesías, concinas virtuales...etc. A todos ellos GRACIAS, gracias por buscar maneras de conectarnos y ayudarnos a dejar de lado nuestro ego.
Parece que los asiáticos, e incluso algunos países del centro de Europa tienen mascarillas y tests para todos, pero nosotros nos hemos metido en una guerra sin uniforme, sin escudo, sin instrucciones y lo peor de todo, sin balas. Quiero creer que eso precisamente nos hace más valientes, mas fuertes como individuos y como colectivo.
Si tienes salud, tu familia tiene salud, un techo en el que estar, comida y (trabajo), eres rico, no se admite ningún tipo de queja. Si encima ya tienes un jardín, una terraza o una ventana por la que mirar el cielo, estás en la lista Forbes 2020.
Seguramente todo vuelva a la normalidad, o seguramente no, lo que sí tengo seguro es que será una normalidad diferente. Personalmente espero que sirva para que haya dimisiones, reestructuraciones, para tener responsables y políticos competentes, inversiones en investigación, ciencia y sanidad pero ante todo para valorar y reconocer de una vez por todas el sistema sanitario y por favor evitar, que volvamos a meternos en una guerra sin balas.
What does not kill you makes you stronger