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viernes, 11 de mayo de 2012

Tú eres Peter Pan, yo soy Wendy

Mayo comienza con la subida de temperaturas y la consecuente revolución hormonal. Diréis ¿revolución hormonal? Sí, por algún motivo a partir de este mes, el teléfono móvil comienza a recibir mensajes de números en letargo durante el frío y largo invierno. Por supuesto, una fémina como yo los tiene a todos borrados de la agenda, con lo que descifrar de quién se trata se convierte en una verdadera tarea de ingeniería ¿será el sevillano que conocí en enero? ¿se trata del raro aquel que me mandaba fotos de peluches? Sean unos u otros, ellos reaparecen cual flor durante el mes de las idem y pretenden que contestes tan feliz como si nada hubiera pasado durante este tiempo.

Pero lo peor de todo es que esta situación surrealista de hombres que van y vienen como el Guadiana ya no es algo puntual que me ocurra a mí o le ocurra a una amiga, de un tiempo a esta parte es generalizado y se ha convertido en una pandemia: por algún motivo ellos voluntariamente deciden atacar, como buenos depredadores, pasan un tiempo mandándote interminables speeches a través del whatsapp (a estas alturas todos sabéis que mi gran frustración es que los hombres ya no emplean el botón de llamada), quieren quedar, ofrecen planes, se convierten voluntariamente en tu acompañante a eventos varios y de repente ¡oops! desaparecen del mapa.

Y llega un momento en el que te acostumbras, lo aceptas y ni siquiera les dedicas más de diez minutos de tu preciado tiempo porque ya te has dado cuenta de que, llegues a la conclusión que llegues, nunca comprenderás porqué desapareció.

Pero, ¿Quiénes son realmente los Peter Pan?

Normalmente son hombres guapos o atractivos con un elevado autoconcepto de sí mismos. Les gusta gustar y por lo común visten bien (véase típico abogado con traje y pulseras de hilo…).  

Por supuesto la madurez es una característica inherente de su personalidad. Cuando digo madurez, entendedme bien, me refiero a eso que (debería) ir acompañado a la edad física, es decir, son hombres que ya han entrado en la treintena y en muchos casos la cuarentena y la cincuentena.

En alguna revista les debieron de decir que dejarse canas les aportaba un halo especial  (y no niego que en muchos casos así sea) pero desgraciadamente en un tanto por ciento muy alto, se les va de las manos y te terminas encontrando con abuelos de Heidi que apenas tienen 30 años.

Seduce y busca su autocomplacencia, pero le resulta indiferente si proporciona o no placer. Suele utilizar a las mujeres como arma de autosatisfacción.

Son inteligentes y por ello emplean su inteligencia para tratar de crear relaciones dominación-sumisión.

Por ello ¿qué sucede? Que en cuánto se encuentran con mujeres no sumisas, con personalidad y qué saben lo que quieren, les entra el tembleque, los sudores y la necesidad irremediable de huir. Y ante este panorama, queridos lectores y lectoras, creo que lo mejor será que nosotras nos convirtamos también en mujeres Wendy, cojamos a los hombres de traje verde de la mano y nos dediquemos a volar hacia Nunca Jamás.

P.S.- Como podéis observar, el diseño de mi blog y su título han cambiado. Ello se debe a que lo que empezó siendo un blog en el que pretendía abordar diversos temas (jurídicos, gastronómicos, viajes…) se ha ido definiendo con el paso de los post en un blog personal, intimista, en el que os cuento y comparto mis vivencias.

Maturity is achieved when a person postpones immediate pleasures for long-term values.

Joshua Loth Liebman