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miércoles, 14 de agosto de 2013

La muerte del torero

En Cataluña consiguieron prohibir los toros. Lo hicieron con ese odio que les sale de dentro a ciertos nacionalistas cuando quieren despreciar los distintivos de España como nación, como concepto y como cultura.

Pero el toro y el torero hacen referencia a algo más, hacen referencia a una forma de ser, a una ideología arraigada, a una característica inherente y altamente valorada del género humano: la valentía.

La valentía, unida con la inteligencia, era aquello que llevó a Hernán Cortés,a Pizarro, a Diego de Hurtado etc. a meterse en un barco hacia lo desconocido, a luchar, a aventurarse en lugares yermos y en definitiva, a conquistar.

El torero pues siempre ha representado una figura masculina de referencia, es el conductor de las embestidas del toro que es la vida, el que coloca las banderillas y finalmente causa la muerte del pobre animal con el estoque.

Siempre he imaginado a mi torero como un hombre barbudo de esos que salen en los anuncios de Estrella Damm, alto, delgado, apuesto, con la nariz afilada y una predisposición natural a enfrentarse a la vida… mmm ¿existe algo más atractivo que un hombre seguro de sí mismo?

Pero aquel torero español se perdió entre las burbujas del Sapphire que se mete cada fin de semana alentado por su rebaño de congéneres, ese rebaño de congéneres que agarra su copa como si no hubiera un mañana con la mano derecha en forma de pinza esperando a que la providencia les traiga una presa.

Y la presa, desorientada entre la confusión de generaciones perdidas, hace esfuerzos ímprobos por ubicarse cada fin de semana... la educaron para conocer una persona adulta, con la madurez suficiente como para asumir un compromiso y adentrarse y disfrutar del camino de la vida con ella.

¿Y qué se encuentra?

Que el torero ha muerto. Que el macho ibérico ha muerto. Que ya solo quedan plazas de toros, toros y vacas, muchas vacas…¡muuu!

Así que…¡viva la globalización!

Courage is knowing what not to fear.

Plato