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jueves, 31 de octubre de 2013

What we see from the cheap seats

No quería dejar que pasara este mes de octubre sin desempolvar mi querido blog, abandonado entre las telarañas de Halloween y mis ajetreadas jornadas laborales. El tema que me aborda desde hace tiempo es la facilidad que tenemos los seres humanos, robotizados y mimetizados en la rutina diaria, de dejar de pensar por nosotros mismos, sí, de dejar de pensar por nosotros mismos.

Cada día me siento más identificada con la novela “1984” de George Orwell, me da la sensación de que la vida pasa por delante de nosotros como una película que vemos sentados en el cine, donde nos cuentan lo que ha sucedido en el mundo mientras ejecutamos nuestro trabajo como máquinas sin plantearnos lo que nos entra por nuestros sentidos. Nos quedamos sentados en el sitio numerado que nos asignan en la entrada del cine y nos dedicamos a recibir información como meros espectadores.

Nos cuentan por ejemplo que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos deroga la doctrina Parot y nos lo creemos todo, no levantamos la cabeza por encima del asiento de delante y metemos el ojo entre los dos asientos delanteros para plantearnos más allá, para plantearnos hasta qué punto todo el guión de la película vendida bajo el taquillero título “El Fin de ETA” estaba ya grabado y distribuido con actores, con extras y con nosotros de espectadores.

Eso sí… la película no la tocamos pero ¡ay! como nos quejamos de todo, nos quejamos de la ineficacia de la justicia, de lo cara que es la luz, de la gasolina, de nuestro novio, de nuestro amigo, del perro…. de todo.

Y así la queja junto con la envidia luchan por ser el deporte nacional porque somos muy comodones y mientras estamos sentados en nuestra butaca, queremos que nos dejen ver la película sin molestarnos y además, por supuesto, miramos al de la derecha y al de la izquierda a ver cómo van vestidos, a ver qué le están contando al de al lado y nos sentimos entusiasmados de poder darle un codazo a la vecina para poder decirle “mira esa, qué sombrero lleva”.

Pero… ¿y lo bien que le queda? ¡ENVIDIOSOS :)!

Lo peor de todo esto es que nunca hacemos nada, nos quejamos impasibles mientras vemos como la vida pasa echando la culpa al gobierno, al país, a la nación… y claro que tienen la culpa de la situación que estamos viviendo, pero más culpa tenemos nosotros que seguimos sentados en nuestro asiento de segunda fila mirando, peleándonos entre nosotros por si unos se separan o no y lo peor de todo: votándoles.


My fellow Americans, ask not what your country can do for you, ask what you can do for your country.

J.F. Kennedy