Translate

miércoles, 27 de febrero de 2013

Life begins at the end of your comfort zone

Si hace un año alguien me hubiera dicho que cambiaría mis paseos diarios atravesando el puente de Juan Bravo para llegar hasta Almagro 10, por atravesar con Ralph (mi coche) la helada montaña de Montserrat habría pensado que ese alguien estaba completamente loco.

Lo cierto es que lo hice, no sin la inestimable ayuda y el apoyo de mis padres y hermana y, cómo no, mis amigos, a los que públicamente agradezco sus consejos, impresiones y momentos de nerviosismo compartidos hasta que finalmente tomé la decisión que me llevaría fuera de mi zona de confort, de mi entorno, de lo conocido, lo seguro, y … la rutina, en definitiva.

El día que salí de mi cascarón y solté los amarres fue el día que me di cuenta de todo lo que me había perdido hasta entonces por temer salir de mi zona de confort.

Fue entonces cuando me di cuenta de que mis sueños estaban siendo ahogados por mi afán de seguir aferrada a la zona de confort, a mis hábitos, mi familia, mis amigos, mi ciudad y al prestigio que me otorgaba trabajar en un buen despacho de abogados. Pero mi sueño de convertirme en una buena abogada y ser reconocida y valorada no estaba ni nunca podía haber estado ahí... porque eso hubiera sido lo fácil, lo cómodo.

Fue entonces cuando descubrí una comunidad autónoma preciosa con mar y montaña a dos horas de su capital, con buen clima, muy buena gastronomía y con personas maravillosas, que con independencia de sus banderas e ideas inculcadas (¡no olvidemos que uno de los emblemas de Cataluña es un burro (ruc Catalá) ;)! me han acogido- en términos generales- como si fuera una más, se han portado fenomenal conmigo y me han ayudado en definitiva a abrir mi mente, a aprender a convivir con otras maneras de ver y pensar. Sólo cuando convives en una cultura puedes comprender sus actitudes, miedos e inseguridades y sólo entonces estás en posición de opinar y generalizar respecto de los demás.

Fue entonces cuando aprendí la capacidad que tenemos los seres humanos de llenarnos de perjuicios, auto limitarnos y convencernos de que lo que tenemos es lo correcto, de nuestro miedo a buscar y salir más allá, de nuestra capacidad de procrastinar todo aquello que nos resulta desconocido para otro momento...

Fue entonces cuando aprendí que cuando nada es seguro, todo es posible.

Twenty years from now you will be more disappointed by the things that you didn't do than by the ones you did do. So throw off the bowlines. Sail away from the safe harbor. Catch the trade winds in your sails. Explore. Dream. Discover.

Mark Twain